Juramento de los Horacios

Jacques-Louis David (1784)

Pintura de grandes dimensiones que se conserva en el Museo del Louvre, es una de las más representativas y famosas de David.
En 1774 consiguió ganar el Premio de Roma, mediante el cual fue como estudiante a la capital italiana a cargo del gobierno francés. A su vuelta el rey Luis XVI le encargó Juramento de los Horacios, con la intención de que fuera una alegoría sobre la lealtad al estado y al monarca, en unos tiempos en los que se acercaba la Revolución Francesa: el tema es el cumplimiento del deber por encima de cualquier intención o interés personal.
Los Horacios eran unos trillizos que debían luchar contra los Curiacios, también trillizos, para resolver la disputa entre Roma y Alba Longa, dos familias unidas por lazos matrimoniales que deben combatir a pesar de los lamentos de las hermanas de los protagonistas, exhortados a la lid por su padre. El padre es el personaje central, que toma juramento a sus hijos y lleva sus espadas obligándolos a cumplir con su patria.
Los tres hermanos se sitúan a la izquierda. Tiene un cierto paralelismo con la pintura Juramento en el Rütli (1779), realizada por Johann Heinrich Füssli, aunque no se sabe con seguridad si David la conocía.
La obra fue considerada una declaración política, inspiradora para muchos pintores e incluso para una ópera, Los Horacios (1800), de Bernardo Porta.

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